Hoy 18 de enero y hasta el día 25 de este mes se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que este año lleva por título “Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia”, una cita tomada de 2 Co 5, 14-20.
El sitio web del Vaticano recuerda que las fechas de la celebración de esta semana “fueron propuestas en 1908 por (el sacerdote anglicano) Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo, que tienen un hondo significado”.
En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, explican, “las Iglesias frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926), que representa también otra fecha significativa para la unidad de la Iglesia”.
En el marco de estas celebraciones y como es habitual cada año, el lunes 25 de enero, Fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol, el Papa Francisco presidirá una celebración ecuménica a las 17.30 en la Basílica de San Pablo Extramuros.
Como se recuerda, San Pablo –entonces conocido como Saulo– fue derribado del caballo camino a Damasco por el mismo Jesús a través de una luz del cielo que brilló sobre él y sus compañeros, cegándolo por espacio de tres días. Durante ese tiempo, Saulo permaneció en casa de un judío llamado Judas, sin comer ni beber.
El cristiano Ananías, por pedido de Cristo, fue al encuentro de Saulo, quien recuperó la vista y se convirtió, accediendo al bautismo y predicando en las sinagogas al Hijo de Dios, con gran asombro de sus oyentes. Así, el antiguo perseguidor se convirtió en apóstol y fue elegido por Dios como uno de sus principales instrumentos para la conversión del mundo.