sábado, 22 de abril de 2017

Curación de un cáncer maxilofacial: el milagro de la beatificación del P. Ormières


MADRID, 20 Abr. 17 / 08:57 am (ACI).- Celina Sánchez del Río es religiosa de las Hermanas del Ángel de la Guarda, tiene 80 años y en 2001 le diagnosticaron un carcinoma maxilofacial para el que no había cura, pero su fe en la oración y la intercesión del P. Luis Ormières hizo que el cáncer desapareciera de manera total y milagrosa.

El P. Luis Ormières, fundador de la Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda, será beatificado el 22 de abril en la catedral de Oviedo (España), a pocos kilómetros de la ciudad de Gijón por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Según cuenta la hermana Celina Sánchez, en la web de las Hermanas del Ángel de la Guarda, desde pequeña respiró el espíritu de la congregación ya que fue alumna del colegio que esta tiene en Gijón (España). Allí descubrió su vocación y posteriormente fue profesora en el centro durante 17 años.

El colegio de las Hermanas del Ángel de la Guarda en Gijón (España) es muy especial porque allí murió en 1890 el P. Luis Ormières, fundador de la Congregación de las Hermanas del Santo Ángel.

En el año 2001, cuando la hermana Celina vivía en el municipio español de Palencia, le diagnosticaron un carcinoma maxilofacial. “En cuanto empecé a encontrarme mal me encomendé a él (P. Luis Ormières) junto a toda la congregación. Oramos mucho”, asegura la religiosa.

Durante seis años, tanto la hermana Celina como toda su comunidad rezaron sin cansarse, la operaron en tres ocasiones y en cada una de estas intervenciones el cáncer persistía.

De hecho, según cuenta ella misma en una entrevista concedida a Canal Extremadura Radio, “al hacerme las operaciones se me hacía un orificio cada vez mayor en el paladar porque me operaban por ahí”.

En el año 2007, la destinaron a Madrid, donde siguió su tratamiento con un nuevo médico. “Me hizo una biopsia y me dijo que ya no tenía cáncer y que el agujero del paladar se había cerrado, y cito textualmente al médico, ‘de manera espontánea’”.

Posteriormente se abrió una comisión en el Arzobispado de Madrid para investigar su curación. “Se formó un tribunal de médicos y teólogos. Lo estudiaron durante 4 años y testificamos todas las personas que tuvimos parte y que me habían visto sufrir, como los médicos, enfermeras, personas cercanas…”, explica.

Los miembros del tribunal también preguntaron a la religiosa si había rezado mucho y a quién para curarse.

Según explica, la hermana Celina se siente “curada por la oración de toda la comunidad porque desde que me dijeron que tenía cáncer la congregación, los alumnos y todas las personas conocidas rezaron por mí porque nos propusimos continuar con el proceso de beatificación del Padre fundador”.

Una vez que en la Archidiócesis de Madrid se ratificó que esa curación era inexplicable para la ciencia, su caso pasó al Vaticano donde también lo examinó otro tribunal de 7 teólogos y doctores que “concluyeron que no había explicación clínica ni científica posible”.

El pasado 14 de enero de 2016, el Papa Francisco concedió la beatificación al P. Ormières.

En el proceso de beatificación es necesario que el candidato interceda ante Dios para lograr un milagro y, en este caso según explica la religiosa: “Este milagro se realizó en mi”.

“Al curarme me pregunté ‘¿por qué a mí?’ Pero sobre todo ‘¿para qué a mí?’ Creo que mi vida ha de responder a ese milagro viviendo día a día con una respuesta a Dios más exigente y llena, comprometida, eso es lo fuerte del milagro para mi”, expresa.

Beatifican en España al P. Luis Ormières “verdadero discípulo del Señor Resucitado”



MADRID, 22 Abr. 17 / 06:20 am (ACI).- El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, beatificó este sábado 22 de abril en la Catedral de Oviedo (España) al P. Luis Ormières, fundador de la Congregación del Santo Ángel de quien afirmó que fue “un auténtico discípulo del Señor Resucitado”.

Según afirmó el Cardenal Amato en su homilía de la Misa de beatificación, el P. Luis Ormières “se distinguió por su apostolado con los más pequeños y necesitados de formación cristiana y de instrucción humana. A su muerte en Gijón (España) 1890, había fundado 87 escuelas en Francia y España".

"El nuevo beato era un educador nato, hombre de acción y servicio” y “un auténtico discípulo del Señor Resucitado”.

“En él la misericordia de Dios se hacía ternura con los pequeños, los débiles, los pobres, los inocentes”, “su regla de vida eran los Evangelios, su fe se alimentaba de la palabra de Dios, de la Eucaristía, de la filial devoción a María. Y repetía con frecuencia el acto de confianza en la providencia ‘Fiat voluntas tua (Hágase tu voluntad)’”, subrayó.

Además, el Prefecto insistió en la manera especialmente intensa en la que el P. Ormières vivió la caridad ya que pidió ir ayudar a una parroquia que había sido afectada por una grave epidemia.

“Era tan generoso en asistir a los enfermos que el Obispo le llamó 'verdadero mártir de la caridad', acudía rápidamente a socorrer a quien se encontraba en dificultad” e “invitaba a sus hijas espirituales a ayudar a los desventurados. Les decía: ‘Hijas mías debéis tomar alas y ser valientes’”, recordó el Cardenal Amato.

Una respuesta pronta y generosa que también animaba a las religiosas del Santo Ángel a ser “verdaderos ángeles custodios del prójimo necesitados de guía y de consuelo, con una actitud de sencillez humilde y confiada en el Señor, de generosidad en el servicio, de disponibilidad al anuncio del Reino de Dios mediante el testimonio coherente del Evangelio”.

El Cardenal Amato también afirmó que “las virtudes son anillos de la cadena de oro de la santidad, quien posee una posee las otras”.

Por eso destacó que “de la gran fe de nuestro beato manaban la templanza, la mansedumbre, la humildad y se sabe que la humildad es el fundamento de toda virtud. El P. Ormières sobresalía en la humildad, era humilde en la presencia, en los modos en la enseñanza”.

“Para él la pobreza era vida de trabajo, y él daba ejemplo era un trabajador incansable. Sentía la necesidad irresistible de trabajar por los pobres y socorría con generosidad y a los que hablaba de la bondad de Dios”, subrayó el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

“Era humilde, pobre y trabajador, siempre entregado a la voluntad de Dios. Este fue el secreto de su santidad, esta es la palabra que confía a sus religiosas, a los sacerdotes a los educadores y a todos nosotros para que todos puedan llegar a ser discípulos de cristo y benefactores de la humanidad”, resaltó el Cardenal.

El Cardenal Amato animó a las hermanas del Ángel de la Guarda a que la beatificación de su fundador les infunda “confianza y entusiasmo en su vocación, para continuar con renovado impulso creativo su precioso apostolado en la Iglesia y también en el mundo, sobre todo en aquellas tierras en las que el rostro misericordioso de Cristo es todavía desconocido”.

En la celebración de esta beatificación también participaron el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz; el Obispo de León, Mons. Julián López; el Obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge; y el Nuncio Apostólico en España, Mons. Renzo Frattini, entre otros.

Breve biografía

El P. Luis Ormières nació en Quillán (Francia) en 1890, se ordenó sacerdote con 24 años de edad en la diócesis de Carcassonne (Francia). Allí descubrió su vocación a la educación de los más necesitados y fundó la Congregación de las Hermanas del Santo Ángel.

Según recordó la hermana Carmen Trejo, postuladora de la causa de beatificación, durante la ceremonia, la meta del P. Ormières “era formar hijos de Dios”.

La postuladora destacó también la fama de santidad del fundador ya que “desde 1883, el P. Ormières vivió en Gijón (España) y comienzan a llamarle “el santín de Dios”.

“El 16 de enero de 1890, con la paz y serenidad que caracterizó su vida, entrega su existencia a Dios. Y hay una voz común entre todos los que le conocían: ‘El santo ha muerto’”, aseguró la postuladora.

La Congregación del Santo Ángel está presente en Europa, pero especialmente en América Latina, África y Asia. Su carisma se centra en la educación y formación de los jóvenes más necesitados.

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