viernes, 21 de abril de 2017

Papa Francisco confirma que canonizará a pastorcitos de Fátima el 13 de mayo

Los pastorcitos de Fátima, Francisco y Jacinta Marto

VATICANO, 20 Abr. 17 / 04:12 am (ACI).- Los hermanos Jacinta y Francisco Marto, los pastorcitos de Fátima que junto con su prima Lucía fueron testigos de las apariciones de la Virgen en Portugal en 1917, serán canonizados el próximo 13 de mayo.

Así lo confirmó el Papa Francisco durante el Consistorio Ordinario Público para la Canonización de los Beatos, que tuvo lugar en el Vaticano. El Pontífice canonizará a los hermanos Marto durante el viaje que realizará a Fátima los días 12 y 13 de mayo de 2017 con motivo de la conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría.

El pasado 23 de marzo, luego de la reunión entre el Santo Padre y el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, se aprobó la promulgación del decreto que reconoce el milagro, la curación de un niño brasileño, atribuido a la intercesión del Beato Francisco Marto y de la Beata Jacinta Marto.

Jacinta nació el 11 de marzo de 1910 y murió el 20 de febrero de 1920, mientras que su hermano Francisco nació el 11 de junio de 1908 y falleció el 4 de abril de 1919. Ambos fueron beatificados por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000.

Jacinta, Francisco y Lucía recibieron la visita de la Virgen María en Cova de Iría, en Fátima, entre mayo y octubre de 1917. Jacinta tenía siete años, Francisco nueve y Lucía diez.

La Virgen se les apareció en 6 ocasiones. En la tercera de ellas, la que se produjo el 13 de julio, la Virgen les reveló el Secreto de Fátima. Según las crónicas, Lucía se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó.

Durante el período de tiempo en que se produjeron las apariciones, los tres niños tuvieron que hacer frente a las incomprensiones de sus familias y vecinos, y a la persecución del gobierno portugués, profundamente anticlerical. Pero aceptaron esas dificultades con fe y valentía: “Si nos matan, no importa. Vamos al cielo”, decían.

Tras las apariciones, los tres pastorcitos siguieron su vida normal, hasta la muerte de Francisco y Jacinta.

Francisco mostró un espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, a pesar de su vida tan corta. Su gran preocupación era “consolar a Nuestro Señor”. Pasaba horas pensando en Dios, por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.

Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el cual después de las apariciones “se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban”.

La vida de Jacinta se caracterizó por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores. Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios.

Sobrina de Pastorcitos de Fátima: No somos dignos del don que Dios nos regaló

Jacinta Pereira Marto es sobrina de los pastorcitos de Fátima. / Foto: Massimiliano Valenti

FÁTIMA, 20 Abr. 17 / 08:20 am (ACI).- Se cumplen 100 años desde aquel 13 de mayo de 1917 en el que la Virgen se apareció por primera vez a los llamados Pastorcitos de Fátima: Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto.

ACI Prensa ha hablado con la sobrina de estos últimos, quien asegura que Dios escogió a sus tíos porque así lo quiso, pero “no merecíamos nada”.

“La familia, mis abuelos y mis padres, todos nosotros siempre lo hemos aceptado como un don de Dios. Dios ha escogido a mis tíos porque así lo quiso, tanto que mi abuelo decía que la Virgen quería venir a Fátima y había escogido a sus hijos, pero que nosotros no merecíamos nada. Por lo tanto, siempre lo hemos vivido con mucha sencillez porque Dios ha escogido y escoge a quién quiere. Nosotros no merecemos nada”.

En una reciente visita a esta pequeña ciudad de Portugal, donde se dieron las apariciones –la última tuvo lugar el 13 de octubre del mismo año– ACI Prensa pudo conversar con la sobrina de Jacinta y Francisco, quienes además serán canonizados por el Papa Francisco el próximo 13 de mayo durante su visita a la ciudad.

Jacinta Pereira Marto tiene 74 años. “Siento una alegría muy grande, como es natural, pero esta fiesta no es solo de la familia, es de Portugal y del mundo entero, porque Nuestra Señora vino para el mundo. Y ellos son un mensaje para el mundo”, afirmó la sobrina de los pastorcitos.

“Yo a veces me pregunto cómo dos niños de siete y nueve años han logrado captar y responder al mismo tiempo el mensaje de Dios”, expresa sobre sus tíos, testigos de las apariciones.

Jacinta cree que “el mensaje de Fátima nos hace pensar que la Virgen ha venido para que nos volvamos hacia Dios, para que no olvidemos que Dios nos ama, pero que tenemos que alabarlo y debemos ser agradecido con Él”.

Jacinta asegura que “la Virgen no pidió muchas cosas que no podamos hacer. Ella pidió que se rece el Rosario. Y Nuestra Señora había pedido rezarlo –según decía la propia Lucía– porque era una oración fácil, para todo el mundo ya que se puede rezar en la iglesia, caminando, en auto, en cualquier lugar hay posibilidad de rezar el rosario”.

“Yo busco rezar el Rosario todos los días, pero digo que quien no logre rezar el Rosario que diga al menos una Ave María para alabar a la Virgen y un Padre Nuestro para agradecer a Dios por ser tan amigo nuestro. Es que Dios nos quiere muchísimo y a veces nos manda a su Madre para ayudarnos un poco, para que seamos un poco mejores. Dios quiere que busquemos ser un poquito mejor cada día, porque pecadores lo somos siempre, no somos perfectos, pero buscar ser un poquito mejores cada día”.

Jacinta es hija de João, hermano de los pastorcitos Jacinta y Francisco, y nació en su misma casa.

“Mi padre era dos años mayor que Francisco y tuvo también el privilegio de estar en la aparición de Valinhos (Valinhos se encuentra en los alrededores del Santuario y fue el cuarto lugar en el que se apareció la Virgen, el 19 de agosto de 1917) en agosto, después de que ellos estuvieran en la aparición de Vila Nova de Ourém”, rememora Jacinta.

Sin embargo, “mi padre estuvo allá, pero no vio nada. Estaban solamente Francisco, Jacinta y Lucía y mi padre, pero él decía que por más que abrió los ojos y miró, no vio nada”.

Jacinta recuerda que sus abuelos (padres de Jacinta y Francisco) “no entendían las cosas”.

“Entonces pensaban que sus hijos eran un poco diferentes a los demás, pero no sabían exactamente de qué forma”, no obstante “mi abuelo siempre creyó”.

“Jacinta fue la primera en decir que Nuestra Señora se había aparecido y cuando le preguntaban respondía: ‘mis hijos no son mentirosos, yo los he educado, por lo tanto, si dicen que La vieron, yo creo que sí La vieron’”.

A pesar de que su abuelo nunca vio a la Virgen, su nieta Jacinta recuerda que “estuvo en algunas de las apariciones y aunque decía que no veía nada sí se percataba de que algo sucedía”.

“Él decía que escuchaba un sonido, como de una abeja dentro de un cántaro, de un recipiente. Pero el milagro del sol él sí lo vio. Así que, si ya creía antes, siguió creyendo”.

Jacinta se refiere a lo que ocurrió después de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos: se pudo ver al sol temblar en una especie de “danza”, según relataron los que los presenciaron.

En la actualidad, la sobrina de los dos pastorcitos se muestra convencida de que “Jacinta y mi tío me protegen”. “No soy nadie, soy pecadora como todo el mundo, pero creo que me protegen, siento que me protegen y Nuestra Señora también”.


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